Presa de Susqueda


1968

PRESA|HORMIGóN
CATALUñA | GIRONA | SELVA



Descripción:

El río Ter nace algo más hacia el este en el Pirineo y, entre la plana de Vich y la depresión de Girona, se encaja en Las Guillerías donde salva un escalón de 300 m de desnivel que es aprovechado para situar tres embalses -Sau, Susqueda y el Pasteral- y regular el río de forma hiperanual, con lo que se asegura el regadío de los llanos inferiores y se incorporan hasta 8 m3/s al abastecimiento de agua a Barcelona. La primera presa fue construida en Sau (1959) cuyo embalse actúa de cabecera pero, tanto en altura como en capacidad de embalse, la presa más notable es la de Susqueda (1968) mientras que la del Pasteral (1962) constituye un contraembalse para ceder al río de forma regulada los caudales turbinados en Susqueda.

De las muchas cualidades remarcables de la presa de Susqueda (1968) hay que resaltar una en especial: se trata de una presa de autor, es decir, de uno de esos raros ejemplares concebido, diseñado, calculado, proyectado, dirigido y controlado por un único responsable, Arturo Rebollo. Y su autoría se deja sentir en el conjunto de la presa y en todos sus detalles, y en cada peripecia de su gestación y comportamiento, contadas por él con todo lujo de pormenores en numerosas publicaciones .

En el escalón de Las Guillerías, el río Ter ha excavado su cauce en rocas intrusivas que proporcionan un buen soporte mecánico para una presa bóveda, y unas adecuadas condiciones de permeabilidad. No obstante, la exploración de detalle y la elección de la ubicación definitiva dentro de la cerrada fueron realizadas de forma minuciosa. De igual modo, la solución estructural fue objeto de numerosos tanteos para conseguir un perfil óptimo. Desde 1959 hasta 1963 se llegaron a estudiar 20 soluciones que combinaban las tres posibilidades de ubicación dentro de la cerrada con sucesivas modificaciones hasta que Rebollo llegó a la conclusión de que no podía hacer nada más en favor de la estructura.

La solución 20A elegida fue calculada ajustando radialmente las cargas entre arcos y ménsulas en 33 puntos de la bóveda, y se ensayó un modelo reducido en laboratorio. La presa resultante fue una bóveda de 135 m de altura sobre cimientos y un espesor variable de 25 a 5 m, apoyada lateralmente en dos estribos algo desiguales: el derecho tiene una longitud de 48 m en coronación, mientras que el izquierdo alcanza los 93 m. Sobre ella se dispuso un aliviadero central que vierte sobre un cuenco amortiguador y cuatro desagües de fondo encajados en el cuerpo de presa.

La solución así desarrollada es muy compacta, concentrando todos los elementos hidráulicos y resistentes de la presa en muy poco espacio, sin necesidad de recurrir a aliviaderos laterales, canales de descarga o costosos trampolines, de forma similar a la utilizada por Luciano Yordi en la presa del Eume.

Los estribos fueron aligerados en su parte superior, por encima de la cota de vertido, pues allí la presa ya no trabaja como arco por la discontinuidad del aliviadero central, dando lugar a dos salas de grandes dimensiones para no rellenar aquellos espacios de hormigón. En el estribo derecho, la sala resultante tiene planta lógicamente trapezoidal, estrechándose hacia la bóveda, con una interesante cubierta realizada por medio de vigas entrecruzadas que resuelve perfectamente los problemas geométricos y resistentes derivados de la planta y de su función de estribo resistente al empuje directo del agua. Se accede por un casetón alargado y blanco, ubicado al pie del corte de la ladera sobre la coronación, de limpio diseño.

Como el estribo izquierdo es de mayor longitud, su anchura crece proporcionalmente por la planta trapezoidal y no resultaba posible una solución similar de vigas de un solo vano. Rebollo introdujo 22 columnas en forma de paraboloide hiperbólico - con cinco aligeramientos triangulares arriba y abajo de gran originalidad- colocados en dos filas en V. La sala hipóstila resultante es verdaderamente espectacular: se accede por una estructura cilíndrica de vidrio colocada sobre el estribo desde donde se desciende por una escalera helicoidal de vuelta completa. Se penetra paulatinamente en la sala y se abre la perspectiva de dos filas de columnas que convergen 90 m más lejos, enmarcando una apertura trapecial que marca en negativo el comienzo de la bóveda.

La cuidada iluminación y la sugerencia del perfil de la bóveda al final que dota de plenitud de sentido a ese peculiar espacio dan lugar a uno de los principales atractivos de la presa. El genio de Rebollo y su cariño por los más pequeños detalles es patente en prácticamente todos los elementos auxiliares de la presa. Las dos torres, una para toma y otra para manejo de compuertas y desagües, son circulares con unos contrafuertes radiales que refuerzan su esbeltez. Están ubicadas muy cerca de la ladera -allí protegida con un muro corrido- y conectadas a ella por una pasarela muy limpia que abraza a la primera y se prolonga en la misma alineación hasta la segunda. Los vanos del aliviadero y la propia barandilla que recorre toda la coronación han sido diseñadas con el mismo cuidado.

Para acceder a la central hay que cruzar el río Ter por un puente pretensado de tramos en voladizo con soportes en V y bajar por un túnel de suave pendiente muy sabiamente iluminado. También allí todo está cuidado: los pilares de soporte del carril del puente grúa se trasforman en láminas plegadas y que se ensanchan curvadamente en su parte inferior para conectarse con las adyacentes, a modo de orla. La sala de control situada al fondo en un altillo acristalado, sobre una banda con pinturas alusivas a la construcción de la presa, está diseñada hasta sus más mínimos detalles: la consola de mando, las mesas, las lámparas, la escalera helicoidal, responden a criterios firmes y claros y no hay nada dejado al azar. Solo desentonan los nuevos ordenadores.

También en el parque de transformación se deja sentir el diseño: la estructura de soporte de los aisladores superiores en V, la fachada del edificio lateral a base de módulos de vidrio contrapeados enmarcados por elementos de hormigón, o la boca del túnel señalan la mano vigilante de su creador.

Tanto cariño, o apasionamiento como señalaba Torán, se ha soldado a la propia obra y es apreciado por sus muchos visitantes. Las gentes del lugar también la aprecian: Jauma, hijo de los dueños del restaurante Codina surgido con motivo de la construcción de la presa, celebró su boda en 1980 en la gran sala hipóstila del estribo izquierdo. Su mujer, Dulce Ortiz, cuenta que fue a causa del mal tiempo pues la boda estaba prevista al aire libre y se puso a llover, pero muestra un cierto orgullo de haberse casado allí. En su restaurante se venden postales de la presa y un libro que recoge imágenes del valle y el pueblo anegados por el embalse, así como de los puentes medievales de Sallent y de acceso al pueblo, sobre el Ter, que se muestran con nostalgia pero sin resquemor hacia la presa.

FMA

Bibliografía:

Aguiló, Miguel; 2002. La enjundia de las presas españolas. ACS, Madrid, p.176, 258-262.

Bach i Vilarrasa, Dolors; Casas i Genover, Josep; 1998. Susqueda. Ahir, un poble. Ayuntamiento de Susqueda, Gerona.

Rebollo, Arturo; . Ingeniería y arquitectura del hormigón. Instantáneas sobre el salto de Susqueda. Editores Técnicos Asociados, Barcelona.

Rebollo, Arturo; 1967. Presa de Susqueda: el proyecto. Revista de Obras Públicas, agosto 1967

Rebollo, Arturo; 1969. Dos torres de hormigón armado y una pasarela de hormigón pretensado. Materiales, Maquinaria y Métodos para la construcción, Barcelona, febrero 1969

Rebollo, Arturo; 1969. Sala de hormigón armado en las Guillerías. Informes de la Construcción, Madrid, octubre 1969

Rebollo, Arturo; 1970. El comportamiento inicial de la presa de Susqueda. Revista de Obras Públicas, (nov y dic 1970, enero 1971):  (3067): 1071-1087; (3068): 1185-1198; (3069): 27-48.

Rebollo, Arturo; 1971. Una obra de ingeniería y arte. Arte y Cemento, Bilbao, abril de 1971.

Rebollo, Arturo; 1972. La presa bóveda de Susqueda. Su proyecto, construcción y comportamiento. Instituto Eduardo Torroja de la Construcción y del Cemento, Madrid.

Valoración:


Significativa

Muy alto interés

Alto referente en la memoria colectiva

Muy singular

Conservada según proyecto original

Impulsor de la atmósfera del lugar