Presa de El Villar


1879

PRESA|MAMPOSTERíA Y HORMIGóN
COMUNIDAD DE MADRID | MADRID | SIERRA NORTE



Descripción:

La primera presa construida sobre el Lozoya fue el Pontón de la Oliva pero, desde el punto de vista tecnológico, es más importante la presa del Villar, en su día la más alta de España y la primera en incorporar el perfil racional de las presas de gravedad.

Cualquier valoración crítica de la presa de El Villar (1882) debe empezar por la excelente cerrada elegida, tanto desde el punto de vista morfológico como en lo referente a la calidad de la roca originaria, un gneis 'excesivamente' duro según el propio Boix, que obligó a buscar el material para la fábrica de la presa en un islote de granito situado a dos Km. de la obra. El sitio escogido era, sin duda, el mejor que había en todo el cauce del río y así lo reconoce el proyectista: una estrecha y profunda garganta...que ofrece todas las garantías de seguridad y de impermeabilidad que es permitido esperar para una obra de esa naturaleza.

El diseño de la presa incorpora los últimos conocimientos tecnológicos en el campo de la construcción de presas. El perfil responde a los descubrimientos teóricos de Sazilly, utilizados por primera vez por Emile Delocre en la presa de Furens, comenzada en 1859: el paramento de aguas arriba es vertical, salvo en la parte inferior en que tiene un ligero talud, y el de aguas abajo sigue una curva cóncava que forma con la vertical un ángulo que, a partir de arriba, va en aumento hasta tomar a cierta altura una inclinación casi constante, con lo que en todos las cotas, la máxima presión es igual e inferior a un valor dado.

Por otra parte, su forma en planta es arqueada, lo que mejora la planta rectilínea al utilizar el efecto arco contra las laderas de la cerrada obteniendo un suplemento de resistencia, en aquel entonces de efecto cierto pero de magnitud incalculable. Con esta disposición, Boix recoge la tradición de las presas levantinas españolas del siglo XVI, en arco gravedad, e integra perfectamente ambas curvaturas produciendo un paramento aguas abajo de aspecto más moderno de lo normal en aquellos años.

El aliviadero se sitúa lateralmente al cuerpo de la presa y vierte el agua al río a cierta distancia de la obra. Con ello, se quería "separar completamente el agua, evitando que se derrame a lo largo de su paramento". Para ubicar el aliviadero fue necesario desmontar un importante volumen de roca que se utilizó luego en la mampostería de la obra. Sobre el aliviadero se construyó un puente para dar continuidad al camino inundado por el embalse. Años después, varió el trazado de la carretera, acometiendo al puente hacia el centro del aliviadero y produciendo un corte en la continuidad de la coronación que daba unidad al conjunto de la obra.

Otra interesante característica del diseño de la presa del Villar es el torreón central de compuertas: tiene forma semicilíndrica y esta adosado al paramento superior de la presa. Consta de tres cámaras verticales: dos laterales por donde discurren las varillas de mando de las compuertas que gobiernan la toma/desagüe del canal y una central con una escalera de inspección y servicio que se comunica en cada piso con las laterales. Las aberturas simétricas a modo de ventanas dispuestas en las tres cámaras en cada piso recuerdan la similar disposición en el secular modelo de la presa de Tibi. Ese torreón y los edificios de toma situados en ambas laderas con similar disposición de huecos, proporcionan una peculiar articulación de la presa con su torre y tomas, en el alzado aguas arriba, obviamente no visible en circunstancias normales de funcionamiento.

En origen, la presa solo disponía del torreón central, añadiéndose los adosados a las laderas para conseguir un cierto control de la entrada de aguas turbias al canal, por medio de un sofisticado sistema de bypass, cuya eficacia ha sido recientemente cuestionada. Aguas abajo, el alzado es de corte más tradicional: la limpieza de la superficie curvada del paramento entronca directamente sobre unas laderas rocosas con fuertes protuberancias que parecen derramarse sobre él, y sin otra concesión que la orla de arquillos que definen la coronación, bastante habitual en presas de la segunda mitad del XIX. Posteriormente, la torre fue desmochada al ampliar la carretera.

Las anteriores consideraciones críticas muestran su verdadero valor al considerar la altura de la presa en el año 1869, en que se diseñó. Con independencia de la fallida presa de Puentes, sus 51,4 m. sobre cimientos la convertían en la más alta de España y en una de las más altas del mundo, por debajo de la ya mencionada presa de Furens. La construcción duró desde 1869 hasta 1882, y fue a un ritmo adecuado hasta 1875, en que se alcanzó una altura de 31 m. sobre cimientos, tardándose luego otros cinco años en su terminación.

Las características tecnológicas de la presa venían acompañadas de una esmerada ejecución, en la línea de excelencia marcada por las obras de Lucio del Valle en el primer canal y asumidas luego en todas las construcciones realizadas posteriormente por el Canal de Isabel II, y que constituyen el 'sello de la casa'. Sello que trae inmediatamente a la memoria el 'buen hacer' de los constructores romanos y que llega a impregnar las formas simples y bien ejecutadas elegidas como elementos básicos para el diseño de todo tipo de obras. Buen ejemplo de ello es el primer depósito terminal de Madrid, donde no solo los materiales y la calidad de ejecución, sino el propio diseño actualizan los conceptos básicos de la construcción romana.

FMA

Bibliografía:

Aguiló Alonso, Miguel; 2001. El primer depósito del Canal. En: Agua y Ciudad: detrás del grifo. Catálogo de la exposición del mismo nombre. (Junio 2001), Canal de Isabel II, Madrid, p.11.

Aguiló, Miguel; 2002. La enjundia de las presas españolas. ACS, Madrid, p.88, 186-187.

Boix, Elzeario; 1875. Presa del embalse del Villar. Revista de Obras Públicas, tomo XXIII, núm. 3 (1.2.1875): 25-27; 1.3.1975: 49 a 53.

López Camacho, Bernardo; 2002. Pasado y presente del abastecimiento de agua a Madrid. En Jornadas sobre Ingeniería del agua en España en el siglo XIX. Fundación del Canal de Isabel II, Madrid: 143-212.

Valoración:


Significativa

Alto interés

Alto referente en la memoria colectiva

Singular

Alterada respecto a los distintos periodos

Impulsor de la atmósfera del lugar