Muelle de Portugalete/ Evaristo Churruca


1881-1884

PUERTO|HIERRO, ESCOLLERA, HORMIGóN
PAíS VASCO | VIZCAYA | GRAN BILBAO



Descripción:

A finales del XIX, el puerto de Bilbao no era capaz de dar salida al mineral que se producía en sus proximidades, debido a la existencia de una barra de arena a la entrada de la ría. Durante años se realizaron dragados que no resolvían le problema, pues la barra se volvía a formar enseguida. Para resolverlo, el ingeniero Evaristo Churruca aprovechó la fuerza natural del flujo del agua y por medio de un dique-muelle la condujo contra la barra de arena acumulada por mareas y corrientes, que impedía la entrada de barcos al puerto.
Diseñó un muelle ligeramente curvo, con la concavidad hacia el cauce, por varios motivos. Primero, para cambiar gradualmente y sin ángulos la dirección del muelle existente en Portugalete y dirigirlo más hacia el norte. En segundo lugar, para arrimar la fuerza de la corriente hacia la izquierda, favoreciendo el arrastre de sedimentos. Tercero, porque la dirección norte daba más protección frente a los temporales del noroeste. Y por último, para que la corriente se dirija hacia la margen derecha al sobrepasar el muelle, e impida que el banco de arenas allí existente se propague hacia el centro del cauce.
La solución técnica elegida para el dique debía hacer frente a diferentes solicitaciones. La estructura adoptada consistía en tres elementos. Primero, un muelle de hierro de 800 m de longitud, cimentado sobre pilotes de rosca, que serviría como andamiaje para la ejecución de la escollera y el macizo superior, quedando luego como superestructura definitiva para el piso del muelle. En segundo lugar, una base de escollera, arrojada al mar entre los pilotes y a ambos lados del muelle que, enrasada al nivel de la bajamar, serviría de cimentación al macizo. Por último, un macizo de hormigón apoyado en ese basamento de escollera hasta la altura de la pleamar viva ordinaria que serviría para encauzar la corriente. La parte extrema del muelle se ensanchaba y levantaba con bloques de 27 t de peso para defenderse del oleaje.
Las obras empezaron en 1881 con el montaje de la estructura de hierro y, a medida que ésta avanzaba, la escollera se arrojaba desde ella por medio de vagones, ayudadas por gabarras sujetas a la propia estructura. El proceso constructivo utilizado por Churruca es similar al empleado por los constructores de líneas de ferrocarril, utilizando las propias vías para ir avanzando en su soporte.

Cuando se habían ejecutado los primeros 300 m de escollera y 90 m del macizo, se empezó a notar una mejora sustancial de calado en la ría. Cuando la escollera tuvo 600 m, y el macizo seguía igual, el calado mejoró 0,50 m. Un temporal produjo algunos destrozos, pero al generar unas masas vaciantes superiores a las normales, el calado se profundizó hasta 2 m por debajo del existente al inicio.
Tras su limpia y simple apariencia, el muelle de Portugalete es una obra de ingeniería civil trascendente. Su poca longitud y su escueto alzado le confieren un plácido anonimato entre el trajín del puerto de Bilbao. Sólo la grácil curva formada por su planta anticipa el sentido e importancia de su función, quizás poco evidente para quienes desconocen la dinámica de las arenas en las rías. Su simplicidad y serena belleza lo convierten en una pequeña obra maestra.
Tanto el muelle como el puente están indisolublemente ligados a Portugalete, forman parte de su paisaje y se constituyen como componentes esenciales de su identidad. Pero son, además, dos importantes hitos de la ingeniería civil de finales del siglo XIX, en campos tan distintos como lo marítimo y lo estructural. Muelle y puente –técnicamente, dique y transbordador- se convirtieron en soluciones de referencia y fueron utilizadas en muchas desembocaduras de ríos y lugares similares.

Así, el carácter innovador del siglo XIX asociado a Bilbao y su ría fructifica en el momento culminante de 1890 y en el lugar privilegiado de Portugalete. Gracias a esas dos nuevas y trascendentes obras de ingeniería, la villa consolidó su estratégica situación y potenció su posterior desarrollo.
El muelle prolonga longitudinalmente la vida de la ría, dando salida a sus flujos hidráulicos para que puedan entrar y salir los barcos portadores de mercancías vitales para la ciudad. El puente se eleva en altura para vincular las orillas de la ría en su virtual desembocadura sin obstaculizar el paso de los barcos. Muelle y puente 'cierran' la ría dejando fluir sus aguas y sus barcos, como reflejo final del muelle y puente de San Antón, que la 'abren' a la ciudad para acoger sus flujos económicos. Portugalete marca ese final en vertical, transversal y longitudinal, como lo hacían el campanario, el puente y el muelle de San Antón.

FMA

Bibliografía:

Aguiló Alonso, Miguel; 2013. Qué significa construir. Claves conceptuales de la Ingeniería Civil. Abada editores, Madrid, p.122.

Búrdalo, Soledad; Aguiló, Miguel; 2007. El muelle de hierro de Portugalete. La obra favorita de Miguel Aguiló. Revista del Ministerio de Fomento (enero 2007): 80-85.

Puerta Rueda, Natividad de la; 1994. El puerto de Bilbao como reflejo del desarrollo industrial de Vizcaya, 1857-1913. Autoridad Portuaria de Bilbao, Bilbao, p.80.

Valoración:


Muy relevante

Alto interés

Alto referente en la memoria colectiva

Muy singular

Alterada respecto a los distintos periodos

Impulsor de la atmósfera del lugar