Presa de Ricobayo


1934

PRESA|HORMIGóN
CASTILLA Y LEóN | ZAMORA | TIERRA DEL PAN



Descripción:

Unas pocas presas permiten regular los aportes de la ladera norte de la cordillera Central, entre las que destaca el río Tormes, con los embalses de Santa Teresa y la Almendra. Tanto éste embalse de la Almendra, como el de Ricobayo en el Esla, son de gran importancia para el complejo sistema de producción de energía eléctrica de Iberdrola y se consideran conjuntamente con los del río Duero en los Arribes.

La idea inicial de aprovechar los 600 m de desnivel desde Ricobayo a Saucelle es del ingeniero de caminos José Orbegozo y surge hacia 1913. Quería reunir todos los saltos en una sola sociedad, con una estimación de producción de 10.000 Gwh pero, como parte del tramo es frontera, los portugueses exigieron la formación de una entidad solvente. En 1918 el Banco de Bilbao crea la Sociedad Hispano Portuguesa de Transportes Eléctricos, rebautizada años más tarde como Saltos del Duero.

Como las negociaciones con los portugueses se retrasaban, en 1921 Orbegozo planteó al gobierno una solicitud de concesión para una solución española que no precisaba ningún aprovechamiento internacional porque los desniveles fronterizos se salvaban saltando del Duero al Tormes, y de éste al Huebra mediante canales abiertos totalmente en territorio español. El impulso definitivo fue proporcionado por Rafael Benjumea, entonces ministro de Fomento, que aprueba la concesión en 1926 y da dos años de plazo para su entrada en vigor, si para entonces no hubiera acuerdo con los portugueses, o antes si se rompían las conversaciones. Con esa presión, el acuerdo se firmó el 11 de agosto de 1927.

En 1929, sólo dos años después de la firma del tratado hispano portugués para el aprovechamiento internacional del río Duero, empiezan las obras de la presa de Ricobayo (1934), responsable de la regulación del Esla, que es origen de la principal aportación de caudales de todo el sistema. Tras varias rondas de conversaciones entre los grupos que participaban en el proyecto, José Orbegozo, alma y mentor de todo el proyecto de Saltos del Duero, buscó ayuda tecnológica para acometer una gran presa de 95 m de altura en un río de fortísimo caudal.

Contactó con los americanos de General Electric, que decidieron participar en el proyecto con la idea de dirigir la construcción. Ante la negativa de Orbegozo que quería ingenieros españoles, los americanos propusieron buscar ayuda en Italia, lo que tampoco fue aceptado. Sin embargo, pidió ayuda y consejo a A. W. K. Billings, que había trabajado en Camarasa y Talarn para La Canadiense, y a otros profesores alemanes y suizos: quería estar asesorado, pero mantener el control con sus ingenieros a quienes envió a ver presas a los Alpes. Contrató la obra por administración a dos empresas 'con estimulación interesada', por medio de un sistema de primas y penalizaciones en función de cumplimiento de plazos.

El trabajo de túneles de desvío y ataguías progresó rápidamente, aunque la excavación se retrasó por inundaciones y avenidas. Nuevas complicaciones por huelgas en 1931 y algunos intentos de revuelta en 1934 no consiguieron parar las obras, que terminaron ese año. El embalse se había ido llenando y, en enero de 1943, empezó a verter por el aliviadero lateral situado en la margen izquierda y separado de la presa por un macizo rocoso de importancia. Tras una obra de toma y las compuertas, el canal de descarga estaba excavado en la roca y sin revestir, y el vertido era directo sobre las laderas.

Los primeros vertidos produjeron grandes desprendimientos que fueron reparados ese verano, pero las primeras lluvias de marzo de 1935 demostraron la insuficiencia de la consolidación y profundizaron la labor erosiva. Nuevas reparaciones que no lograron sujetar el proceso y nuevas avenidas en 1936 y 1939 empeoraron la situación. Además de la fuerza erosiva, el agua penetraba por las grietas del macizo rocoso y desarrollaba presiones intersticiales entre los distintos bloques. En poco tiempo, la erosión regresiva desmoronó casi 300 m de macizo rocoso, acercándose peligrosamente a la presa.

En 1937, su central conecta con León sus 30 Mw/h mediante una línea de 110 km, y se multiplicaron las conexiones con el resto de Castilla y Cáceres. En 1939, dadas las pobres expectativas de consumo, el Banco de Bilbao crea NICAS (Sociedad de Nitratos de Castilla) para el empleo de la energía eléctrica y en 1941 Saltos del Duero crea EDESA (Electrificación Doméstica Española) para promover aparatos electrodomésticos.

Para paliar el efecto de las avenidas se realizaron dos túneles que no fueron efectivos. Finalmente, tras numerosos estudios realizados en 1939 y 1940, se definió una solución de revestimiento total con hormigón de 'la cazuela del Esla' erosionada por las avenidas unos 100 m de profundidad, se realizó un nuevo aliviadero en túnel y se construyó una presa para regular el nivel del agua a la salida de la central. Todavía en 1962 hubo que realizar algunos ajustes para dirigir mejor los flujos de corriente y dividir la lámina vertiente.

Durante la obra hubo varios accidentes graves que, unidos a la lucha contra las avenidas han significado la construcción de la presa de Ricobayo como una verdadera epopeya. La construcción del Esla fue obra de unos debutantes...hubo inundaciones en la central... explosiones en los túneles...los ingenieros fueron autodidactas, bisoños e inexpertos, valientes y osados. dice Alvaro Chapa en su obra sobre los Saltos del Duero, subtitulada como Historia de una epopeya colectiva.

A la primitiva central de pie de presa Ricobayo I, se ha añadido una segunda central subterránea Ricobayo II, situada bajo la ladera derecha. Ello ha posibilitado el acceso de vehículos hasta la antigua central, antes sólo accesible por cable. La visita a Ricobayo tiene dos atractivos suplementarios. El primero es la iglesia visigótica de San Pedro de la Nave, (siglo VII), cuyo emplazamiento quedaba sumergido por el embalse; fue desmontada piedra a piedra y levantada nuevamente en El Campillo, a pocos km de su sitio original, realizándose las obras bajo la dirección del arquitecto Gómez Moreno. El segundo, más reciente, es el puente en arco de la carretera N-122 sobre el propio embalse, construido por Santiago Pérez-Fadón con acero corten en un vano de 170 m de luz.

FMA

 

Bibliografía:

Aguiló, Miguel; 2002. La enjundia de las presas españolas. ACS, Madrid, p. 70-71, 226-229.

Chapa, Álvaro; 1999. La construcción de los saltos del Duero, 1903-1970. Historia de una epopeya colectiva. Ediciones Universidad de Navarra, Pamplona, p.78.

Díez-Cascón Sagrado, Joaquín; Bueno Hernández, Francisco; 2001. Ingeniería de presas. Presas de fábrica. Universidad de Cantabria, Santander, p.491.

Iberduero 1944-1969. Autor,1970, Bilbao, p.34.

Valoración:


Significativa

Muy alto interés

Medio referente en la memoria colectiva

Singular

Conserva vestigios de distintos periodos

Impulsor de la atmósfera del lugar