Descripción:

Daba paso al camino de Úbeda a la Carolina sobre el río Guadalimar, con una gran estructura simétrica formada por un arco central de doble rosca y 31 m de luz, flanqueado por dos arcos más pequeños a cada lado, cuyo papel parece ser dar mayor realce al grande. Las pilas del arco central tienen fuertes tajamares que suben hasta sus riñones.

Aguas arriba, uno de los tajamares tiene planta circular y el otro rectangular al igual que los de aguas abajo, que adquieren formas de contrafuerte con un talud curiosamente diseñado para beneficiar el encaje de los diferentes tamaños de arco en el alzado. En efecto, la arista superior más cercana al arco central tiene mayor pendiente y llega más arriba que la correspondiente al arco lateral, con lo que este no queda agobiado por la pared lateral del contrafuerte. La cara superior de esta pieza es, de acuerdo con ello, una superficie reglada cuya ejecución requiere una labra muy experimentada, aunque algunos textos la encuentran desordenada y heterogénea, lo que achacan a ser fruto de una restauración poco cuidadosa.

El puente fue objeto de una nivelación de la rasante (dejándola solo levemente alomada) cuya pendiente venía exigida por el gran arco central que coloca el punto más alto del tablero a unos 23 m sobre el río. Una leve pero eficaz cornisa recorre el tímpano remarcando el límite superior de las dovelas, línea que abandona a la altura de los tajamares para rodear éstos por fuera abarcando su perímetro. La composición del alzado y el tratamiento de los detalles revelan la mano de un gran arquitecto.

FMA

Bibliografía:

Aguiló, Miguel; 2007. El carácter de los puentes españoles. ACS, Madrid, p. 108.

Valoración: