Presa de Salime


1956

PRESA|HORMIGóN
PRINCIPADO DE ASTURIAS | ASTURIAS | PARQUE HISTóRICO DEL NAVIA



Descripción:

En Asturias cabe mencionar el aprovechamiento hidroeléctrico del río Navia, apoyado en la presa de Salime, como elemento regulador en cabecera y las presas de Doiras y Arbón.

Hacia 1941 casi todas las sociedades productoras tenían más demanda de la que podían atender. Hidroeléctrica del Cantábrico, S.A. decidió ampliar su producción y acometió, conjuntamente con Electra de Viesgo S.A. con la cual colaboraba desde años atrás, la construcción de la presa de Salime. Viesgo operaba desde 1933 la central de Doiras, cuya cola de embalse llegaba hasta la cerrada elegida para construir la presa, e Hidrocantábrico tenía en servicio la central de La Malva (I y II) y hacia 1945 acabó la de La Riera.

En 1946 se empezaron a construir carreteras, poblados, líneas eléctricas y la ataguía. En El Espín, al lado del puerto de Navia, Nueva Montaña Quijano construyó una estación de descarga que incluía dos molinos de clínquer. Aunque la carretera de conexión de la presa con la ría de Navia había sido terminada poco antes de 1948, su difícil trazado hacía muy penoso el transporte de materiales. Éste se empezó a realizar con dos camiones, un Fiat y un Witte, enseguida familiares entre los vecinos de los pueblos atravesados por la carretera, que pasó a llamarse La ruta del kilovatio.

Estaba previsto utilizar cien camiones y se llegó a construir un gran garaje para albergarlos pero, dadas las dificultades de su trazado, el transporte de materiales a la obra se potenció con un teleférico de 35,5 Km. de longitud, desde el embarcadero de El Espin en la ría de Navia hasta la presa. En aquella época, era el teleférico más largo de España y ahorraba 72 Km. de tortuosa carretera y un desnivel de 600 m. Tenía 650 vagonetas de 0,25 m3 y se movía a una velocidad de unos 12 Km/h, consiguiendo una capacidad de transporte de unas 35 ton/h. Su trazado discurría por la margen izquierda del río Navia y contaba con seis estaciones intermedias situadas en La Ronda, Llaviada, Cedemonio, Bustelo, Pelorde y Paincega. Fue diseñado por la compañía italiana Caretti - Cafani y construido por Nueva Montaña Quijano.

En octubre de 1948 se terminó la desviación del río y en 1950 funcionaban ya el teleférico, los molinos de clínquer, la central de machaqueo y la de hormigonado. En 1953 se ponía en marcha el primer grupo y el 24 de agosto de 1954 el general Franco inauguró oficialmente la presa.

La presa de Salime fue pionera en muchos aspectos. En primer lugar, sus 134 m. sobre cimientos la convirtieron en la más alta de España y ello, sumado a su volumen de 700.000 m3 de hormigón, la colocaban entre las más grandes de Europa. Aún hoy es todavía la décima presa de mayor altura del país.

Las soluciones de diseño adoptadas también fueron valientes y novedosas. Aunque ya existían precedentes de centrales incorporadas al cuerpo de presa, entre las que cabe citar las de l'Aigle y de Saint - Etienne - Cantalès, en las que el aliviadero vierte sobre el edificio de la central, realizadas por André Coyne en el río Aigle en la década anterior, o las presas de Jándula y Gaitanejo en España. En Salime, la propuesta es algo más radical, pues la central desaparece debajo del aliviadero, engullida por el cuerpo de la presa y deja de ser visible en alzado como sucedía en aquellas.

Además, la presa revela un gran cuidado en todos los detalles, desde los imponentes bloques de refuerzo del estribo derecho que flanquean la salida del desagüe de fondo o los muros de encauzamiento de la parte inferior del aliviadero, hasta los detalles algo menos justificados pero de indudable interés de las viseras y las garitas sobre aliviaderos, o el tratamiento expresionista del mirador situado en la ladera derecha, aguas abajo y a mayor altura de la coronación, único punto desde donde se puede contemplar la presa en su totalidad.

También fueron pioneros el empleo de adiciones de escorias de altos hornos al cemento, así como la utilización de vibradores para la colocación del hormigón, técnica utilizada en la construcción de vigas y otros elementos, pero no en presas. Los elementos auxiliares para la construcción también fueron notables. Las instalaciones de machaqueo de áridos y de fabricación y puesta en obra del hormigón fueron realmente espectaculares, lográndose rendimientos que alcanzaron los 4000 m3 en un día, cifra enorme para la época y solo superada en las grandes presas americanas. Destaca especialmente el teleférico que superaba con mucho al instalado en la gran presa francesa de Chambon (1935, 137 m. altura) que contaba con un teleférico de 6,2 km para transportar el cemento desde la estación de ferrocarril a la obra.

La central muestra numerosas intervenciones del arquitecto Joaquín Vaquero Palacios con abundantes puntos de interés. Ya en la entrada, Vaquero dispuso un conjunto de bajorrelieves que suaviza las dimensiones del frontal de la gran nave con figuras y esquemas geométricos alusivos a la electricidad y a su producción. Vaquero quería aliviar la dureza de una entrada desde una pequeña plataforma dominada por las dos laderas, sin otro motivo para las vistas que la pared de hormigón y el cielo, y proyectó una teoría de relieves que, al modo de narrador, describiese al visitante en breves imágenes el proceso de producción de energía eléctrica, que representan la lluvia, las observaciones meteorológicas, la toma de datos, las aguas en libertad, las aguas embalsadas, la compuerta, la turbina, la energía las líneas de transporte, las obras, el técnico, el operador del cuadro, toda una serie de motivos para imaginar esquemáticamente lo que estaba sucediendo detrás del telón.

Las piezas fueron realizadas con árido de mármol rojo de Alicante y fijadas después al muro, solución más viable que su vaciado en el propio muro pero que relativiza la fuerza que tienen las propias figuras, al mostrar unas dimensiones algo pequeñas en comparación con aquel. Tras recorrer el túnel situado bajo el parque de transformación se accede a la entrada de la central propiamente dicha, en cuyo diseño y materiales también se deja notar la mano del arquitecto. Una escalera quizás demasiado explícita en las barandillas conformadas con cables conductores de cobre se hace perdonar por la sobriedad de diseño y la elegancia de colores del cuadro de control y sus correspondientes armarios.

En el vestíbulo de esa sala, Vaquero diseñó un rincón de descanso constituido por un gran sofá semicircular de alto respaldo confrontado con otro también circular pero más bajo, construidos de madera y cuero rojo, y coronados por un plafón circular que los recoge. Es un ámbito que proporciona una atmósfera de sosiego y tranquilidad, atenuando el ruido de la central. Sobre el umbral de la entrada hay un fresco con un espectacular diseño para los muros entre vanos del aliviadero, con una poderosa águila azul que fue sustituida en la obra por unas láminas voladas de más fácil realización.

La sala principal de la central que ubica los alternadores muestra varias intervenciones de Vaquero. Es inteligente la disposición de la iluminación lateral, muy bien resuelta con un afortunado despiece del hueco triangular, así como la visera adosada al techo -que constituye la parte inferior de la losa del aliviadero- que refleja bien la luz y rompe su pesantez.

Dos grandes murales recorren la sala de lado a lado: en el muro de aguas abajo, una larga pintura mural representa una descarga eléctrica (La Chispa); en el muro de arriba un gran mural -diseñado conjuntamente con su hijo Vaquero Turcios y pintado por éste último- describe convencional y esquemáticamente el proceso de construcción de la obra desde su concepción hasta su funcionamiento. Comienza con la llegada del proyecto a las Cortes y la recepción de la noticia por los accionistas, y termina con una gran torre de alta tensión que se lleva la energía. Tanto en el exterior, con los bajorrelieves de la entrada y las viseras de la coronación, como en el interior, con el gran mural, Vaquero despliega su fuerza expresionista y remata una gran obra de ingeniería.

La colaboración de Vaquero en obras hidroeléctricas no se limita a la presa de Salime, ni reviste ese mismo aire expresionista. En la central de Proaza, Vaquero busca una comunión con el paisaje, recreando los pliegues de la cordillera en la estructura, fachada y cubiertas de la nave de la central por medio de unos triángulos de hormigón prefabricados, a modo de estructura plegada. También en la central de Miranda, Vaquero interviene con una actuación de aire egipcio, trasformando dos grandes chimeneas de ventilación de 13 m. de altura en sendos pilonos con dibujos incisos de dos grandes figuras alegóricas, Prometeo, para simbolizar el calor y la luz, y Atlas, como símbolo del poder y el movimiento, que flanquean solemnemente la entrada al túnel de descenso hacia la central.

En la construcción de la presa de Salime se levantaron cinco poblados. El principal fue La Paincega, que estaba situado en la margen izquierda a una cota superior a la de la presa y era la base principal de los trabajos. Constaba de doce pabellones de tres viviendas unifamiliares y estaba unido a la obra por un camino que pasaba por Campín. De él también salían dos planos inclinados para bajar materiales a la obra. El poblado de Vista Alegre es aún visible desde la carretera de acceso a la presa, con sus seis edificios de tres plantas y los chalet para los ingenieros que se mantienen en buenas condiciones. Uno de ellos ha sido convertido en hotel rural, caso cada vez más frecuente en otras presas.

FMA

Bibliografía:

Aguiló, Miguel; 2002. La enjundia de las presas españolas. ACS, Madrid, p.20, 23, 66, 237-240.

Anés Álvarez, Rafael; et al.; 1990. Electricidad y desarrollo económico: Perspectiva histórica de un siglo. Hidroeléctrica del Cantábrico, S.A., Oviedo, p.34.

Fernández Fernández, José Carlos; Toribio, Alfonso; Vaquero, Joaquín; 1989. Arquitectura - Arte - Ingeniería. La obra integradora de Joaquín Vaquero en Asturias. Hidroeléctrica del Cantábrico y Colegio de Arquitectos de Asturias, Oviedo, p.20, 29, 40 y 53.

Valoración:


Significativa

Muy alto interés

Alto referente en la memoria colectiva

Muy singular

Conservada según proyecto original

Impulsor de la atmósfera del lugar